De una piel hiper sensible se define la modelo y actual co-animadora del reality de Canal 13, “Año 0”. Y ya con siete meses de su primer embarazo, se preocupa de alimentarse bien, se viste lo más cómoda posible y practica tres veces a la semana Yoga.
¿Cuál es tu crema infalible para el rostro?
–Es que no tengo una crema de marca, porque uso una crema especial que me manda a hacer mi dermatóloga. Lo que sí, siempre me aplico factor Bioderma 50. Ese me lo pongo todos los días, después de la crema que mando a hacer.
¿Y tu descubrimiento cosmético de los últimos meses?
–Es una crema que también es para las pieles con tendencia al rojo, se llama Rosea Calm Cream, del laboratorio Schrammek, y tiene pigmento verde. Es que para las pieles que tendemos al rojo, nos tenemos que poner pigmento verde para bajarlo… Entonces, ponte tú, si voy a ir a comer y me voy a tomar un pisco sour o un vino, me pongo esta crema de pigmento verde y te neutraliza el color. Y eso es porque tiene manzanilla y un montón de otros componentes desinflamatorios.
¿Cuál es el mejor dato de belleza que te han dado y quién te lo dio?
–Aceite de oliva en el pelo. Por lo menos, una vez a la semana me echo aceite de oliva en la noche, me masajeo bien, duermo con él, -pongo alguna toalla en la almohada para que no se manche- y, al día siguiente, me lo lavo, y al tiro se nota como el pelo agarra más fuerza. Es que yo tengo el pelo súper finito y delgado, entonces, con el secador y todas esas cosas del canal, como que se deshidrata muy rápido. Es un dato que me dio mi hermana.
¿Cuál es tu mayor problema físico y cómo lo combates?
–Yo tengo tendencia al rojo, como te contaba, entonces la dermatóloga me manda a hacer una crema que es justo para las pieles sensibles, que se activan con cualquier cosa… O sea, yo soy la típica que tomo sol y me pongo fucsia, y que me tomó un pisco sour y me pongo fucsia… Por eso necesito usar una crema especial.
¿Cuál es tu opinión con respecto a la cirugía estética? ¿Tienes o te harías alguna?
–No estoy en contra, ni juzgo a la gente que se pone o se quite cosas, pero encuentro que es un arma de doble filo, porque uno puede hacerse una cirugía para tratar de quedar mejor y, a la larga, uno ha visto tantos casos de niñas que quedan súper disconformes. Entonces, yo por lo menos, hasta ahora no me he hecho, y no tengo planeado hacerme tampoco… Y no descarto a futuro que si necesitara algo, quizás lo haría, pero trataré de evitarlo lo que más pueda, y justamente por lo mismo, porque hay un riesgo de que uno quede peor de cómo llegó.
¿Cuál es el alimento infaltable en tu “refri” y el que jamás encontraremos allí?
–Siempre tengo de estos yogures de tránsito, porque ahora especialmente con el embarazo, que estoy ya de siete meses, empeora bastante la digestión… Así que para mí es indispensable tener harta fruta, verdura y de estos yogures para activar el tránsito… Y, por el contrario, no soy muy amiga del cerdo ni del cordero, en general, esas carnes muy pesadas o grasosas las trato de evitar.
En materia de vestir, ¿Cómo defines tu estilo? ¿Alguna prenda fetiche?
–Uso harta ropa Puma, soy como bien casual y me gusta harto andar cómoda. Sobre todo ahora, que estoy ya con varios kilos encima, no me gusta que nada me apriete, ni andar con tactos ni sentirme mal… Así que uso harta ropa de Puma y, en general, soy de zapatillas, unas ricas patas y un buen polerón. Ideal, lo más relajada posible.
¿Cuál es tu peso, talla y estatura?
–Mido 1 metro 72 y voy cambiando de talla. Ahora tengo siete meses y he subido siete kilos y medio, así que voy bien dentro de lo que se espera, que uno debiera subir un kilo al mes. Aunque dicen que en los últimos meses, en general, se sube más, así que yo creo que ahora me toca esa etapa.
Pero, ¿te has sentido bien?
–Sí, todo bien, me preocupo de comer sano, y ando con mucha hambre, así que trato de regular bien las comidas, o sea, harta fruta y harta verdura…, y comer buenos platos tanto a la comida como al almuerzo. ¡Ah! y lo otro que hago es harta Yoga, voy a un centro que se llama Atmanjaly, que está en El Bosque con El Vergel, y ahí voy a clases especiales para mujeres embarazadas, tres veces a la semana.
¿Qué es lo que más destacas en tu look?
–O sea, si me tengo que echar una manita de gato, siempre ando en la cartera con rimel, tapa ojeras y algún buen brillo…, eso es lo que no me puede faltar, y ya con eso me siento un poco más digna.
–¿Y tu mejor truco para disimular defectos?
–En el refrigerador yo mantengo siempre una botellita con un concentrado de agüita de manzanilla. Entonces en la mañana, cuando uno amanece como media hinchada, -y ahora que uno embarazada retiene más líquidos-, unto algodones con esta agua que está bien helada y me los pongo en los ojos, en las mejillas, etcétera. Pero el agua de manzanilla me descongestiona harto. Es un buen truco casero.
–¿Cuál es tu placer culpable estético que haces cuando puedes?
–Soy de harto masaje. Ahora sobre todo, voy una vez a la semana, sí o sí, a un centro de estética y medicina integral, que se llama Medsthetik. Allí voy a hacerme masajes de drenaje linfático para activar la circulación porque, bueno, con el embarazo la circulación se debilita mucho y aparecen venitas o principios de várices… Y también lo que me hago harto por mi piel, que es hipersensible, en el mismo centro, es limpieza de cutis con Mónica Bohmer, una vez al mes.
¿Y el peor look que has tenido en tu vida?
–Fue como a los 12, 13 años más o menos, en la pubertad, cuando a todas mis amigas nos dio por cortarnos el pelo punk. Entonces, encima de esa chasquilla, que era un gran arco lleno de laca, iba toda una jungla de pelo punk bien corto, tieso y bien parado…, y nosotras nos sentíamos minas, cuando en realidad el look ¡era horrendo!